miércoles, 5 de noviembre de 2014

Elecciones USA 2014 La Caída de Obama y el surgimiento del Nuevo Orden Mundial




Las elecciones al Senado de los Estados Unidos de 2014 se celebrarán el 4 de noviembre de 2014, por 33 de los 100 escaños en el Senado de los Estados Unidos.
Esta elección corresponde a la II Clase de senadores. las cuales desde las últimas décadas, han sido lideradas por los Republicanos.
En términos históricos, es de destacar que se cumplirán 100 años de la primera elección directa para Senadores en los Estados Unidos.

Ver Video



Los hispanohablantes o, como se les conoce en EEUU, los 'latinos', que fueron una de las claves que dieron la victoria a Obama en 2008 y 2012, se van a quedar en casa hoy. La decisión del presidente de EEUU de no plantear ninguna acción en materia de reforma inmigratoria para no irritar al electorado blanco puede llevar la abstención de esa comunidad a cerca del 70%, mientras que los cambios de los republicanos en los distritos electorales va a reducir aún más su peso electoral.
Muy alto, con unas botas de 'cowboy' tapadas por unos vaqueros que le sientan francamente mal, el congresista Pete Gallego se dirige a diez de sus voluntarios en un almacén situado en la sede de su campaña electoral, en las afueras de la ciudad de San Antonio, en Texas. Gallego les da instrucciones acerca de cómo animar a la gente a que vote, de cómo explicarles cómo pueden hacerlo. Y termina con una advertencia meteorológica: va a hacer mejor tiempo antes del mediodía que por la tarde. Es mejor que no dejen el voto para última hora.
Después, Gallego, uno a uno, les estrecha la mano y les da las gracias. Aunque la mayor parte son jóvenes, hay una mujer que parece pasar de los 50. Algunos son claramente anglosajones. Otros, claramente mestizos. "Esto que hacen es muy importante. Les estoy muy agradecido", dice. El congresista pasa del inglés al español mexicano sin darse cuenta. Es una ventaja. Su rival republicano en estos comicios, el afroamericano Will Hurd, ha renunciado a participar en ningún debate televisivo porque no habla español

El puzzle de Texas

Pete Gallego necesita el voto latino. Él es un demócrata en uno de los estados más republicanos: Texas. Ganó contra pronóstico en 2013 su escaño en el del Distrito 23 de Texas, o, como se dice en EEUU, el TX-23, un territorio que es es una pesadilla electoral. Mide 124.000 kilómetros cuadrados. O sea, tanto como Andalucía y Extremadura juntas, pero solo hay en él 650.000 personas, un poco menos que el padrón de la ciudad de Zaragoza. Cruzarlo en coche sin parar lleva 7 horas, desde las afueras de San Antonio hasta las de El Paso.
Ahí hay de todo. La frontera con México, precisamente junto al área en la que se produjo este verano la crisis humanitaria de los niños que venían de Centroamérica. Los suburbios de El Paso y San Antonio, en algunos de los cuales viven latinos cuyos ancestros ya estaban allí cuando Texas era México (o España) y que siempre dicen: "nosotros no cruzamos la frontera, fue la frontera la que nos cruzó a nosotros".
También hay veteranos puramente anglosajones, porque es un área cuya economía depende en gran medida de un rosario de gigantescas bases militares, como el polígono de prueba de misiles de White Sands y la base del Ejercito de Tierra de Fort Bliss, situadas junto al TX-23. Y, por último, petroleros: aquí está la Formación Eagle Ford, una de las cuencas más ricas del mundo en petróleo y gas para ser extraído por la controvertida del 'fracking'.
En ese puzzle, los hispanoablantes son la clave para Gallego. Y no es fácil. "Estas elecciones son legislativas, de modo que espero una participación menor de lo que me gustaría", comenta el congresista a EL MUNDO.es mientras se sienta en un destartalado sofá en su cuartel general, que no es más que una sucesión de salas y habitaciones con muebles de tercera mano.

Un rediseño con truco

El distrito, además, ha sido rediseñado por los republicanos texanos, para excluir de él zonas de latinos que sí votan, a cambio de incluir a comunidades hispanohablantes que no acuden a las urnas. Gallego ha recurrido el rediseño ante los tribunales, porque "aunque la composición demográfica del distrito no haya cambiado, sí se ha modificado la participación electoral", señala. Pero el nuevo TX-23 llegará después de las elecciones. Unas elecciones en las que el congresista está como favorito, pero por la mínima.
Tradicionalmente, los latinos votan muy poco. En las elecciones presidenciales, la abstención en esa comunidad nunca cae del 60%. En las legislativas, como las que se celebran hoy, puede alcanzar el 70%.
Si Gallego necesita a los latinos, Barack Obama y el Partido Demócrata han decidido que, como no van a votar, es inútil cortejarlos. Así, en septiembre, el presidente anunció que iba a incumplir la promesa que él mismo había hecho en julio para usar sus poderes y limitar las deportaciones de inmigrantes ilegales.
La decisión provocó otra fractura dentro de los hispanohablantes en EEUU, una comunidad que siempre es el futuro del país, pero nunca es el presente. Por un lado, los activistas y las organizaciones de base declararon la guerra al presidente. Por otro, los congresistas hispanos de callaron pudorosamente. Pero, al dejar la cuestión de las deportaciones para diciembre (o, al menos, eso esperan los latinos del Congreso), Obama proclamaba que el tema que más preocupa a a esa comunidad, con una enorme diferencia, no iba a estar en las papeletas de este martes. Como consecuencia, los latinos tampoco votarán esta vez.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario